Seis maravillosas playas que debes visitar en la más pequeña de las Islas Canarias
No tan conocida como sus hermanas mayores, La Graciosa es una pequeña isla de 29 kilómetros cuadrados situada al noroeste de la cercana Lanzarote. Junto a cuatro islotes, forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, y prácticamente la totalidad de sus algo más de 700 habitantes viven en uno de los dos núcleos de población de la isla, Caleta de Sebo. Este paraíso alejado de todo ajetreo y sin carreteras es el lugar perfecto para desconectar y disfrutar de unos días de absoluta calma y relax, rodeados de un paisaje virgen con maravillosas playas a menudo solitarias. Caminando, en bicicleta o en taxi 4×4 son las únicas formas de moverse por la isla.
Estas son las playas que hay que ver… al menos una vez en la vida.
Playa de La Francesa
Situada en el sur de la isla, su fina arena blanca y sus tranquilas aguas turquesa la convierten en una de las preferidas para quienes visitan La Graciosa, además de ser el lugar perfecto para practicar snorkel. Por si esto fuera poco, desde este paradisiaco rincón se contemplan maravillosas vistas de los Riscos de Famara, en Lanzarote, en cuya cima se encuentra el «Mirador del Río», una de las obras del genial artista lanzaroteño César Manrique que, a su vez, ofrece una espectacular panorámica de esta pequeña isla.
Playa de La Cocina
Sin movernos del sur, cerca de la playa de La Francesa y a unos seis kilómetros de Caleta de Sebo, encontramos la playa La Cocina, también denominada playa de Montaña Amarilla. Resguardada de las corrientes del estrecho brazo de mar que separa La Graciosa de Lanzarote, conocido como El Río, en esta maravillosa cala virgen de arena blanca podemos disfrutar de un relajado baño en sus aguas cristalinas, ideales para nadar o practicar el buceo y el snorkel. Para hacerla aún más atractiva, la playa se extiende a los pies del antiguo volcán de Montaña Amarilla, cuyos colores ocres contrastan con los tonos turquesa y verde esmeralda de las aguas del océano. Sin duda, un lugar lleno de paz, mágico.
Playa de Las Conchas
En el noroeste se encuentra la que, sin duda, es una de las playas más hermosas de La Graciosa. Un manto de arena blanca que contrasta con las tonalidades rojas del volcán de Montaña Bermeja, rodeada de un entorno único y con unas vistas privilegiadas del islote de Montaña Clara. Aquí el oleaje bate con fuerza, así que el baño no es recomendable la mayoría de los días, pero la belleza de este rincón de la isla es tal que poco importa olvidar el chapuzón. Es el lugar perfecto para sacar las mejores fotos del viaje.
Playa del Ámbar
Siguiendo la ruta norte, pero en dirección este, llegamos a la que también es conocida como playa Lambra. Se encuentra cerca de Pedro Barba, el otro núcleo habitado de La Graciosa compuesto por una veintena de casas que solo están ocupadas en verano. La playa de aguas cristalinas está rodeada por dunas de arena blanca y rocas volcánicas, creando un precioso contraste de texturas y colores. Es un lugar salvaje y poco frecuentado, naturaleza en estado puro, por lo que es ideal para olvidarse del mundo y desconectar. Expuesta a los vientos del norte, es recomendable extremar las precauciones durante el baño debido a las corrientes.
Playa de La Laja
Esta es la acogedora playa situada en la misma población de Caleta de Sebo, junto al puerto de llegada a la isla. De arena dorada y aguas tranquilas, es ideal para los más pequeños, por lo que es la playa preferida por las familias. También podemos encontrarnos con los pescadores arreglando sus redes o reparando sus pequeñas barquillas en las que salen diariamente al mar. Junto a la playa podemos degustar un exquisito pescado fresco en algunos de los restaurantes situados prácticamente a pie de arena mientras contemplamos los imponentes Riscos de Famara.
Playa de El Salado
A poco más de 15 minutos a pie por un sencillo sendero que parte de Caleta de Sebo, y sin perder de vista los Riscos de Famara, se llega a El Salado. Se trata de una maravillosa playa de arena blanca y aguas tranquilas, rodeada de pequeñas dunas y, como telón de fondo, la siempre presente Montaña Amarilla y otros volcanes igual de impresionantes. Muy cerca de esta playa se encuentra la única zona de acampada permitida en esta isla protegida. El Salado es otro rincón perfecto para tomar el sol y refrescarse en las aguas de la mayor Reserva Marina de Europa, que abarca, además de La Graciosa, los islotes del Archipiélago Chinijo.